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EL CONGRESO APRUEBA LA “LEY SARA” PARA ATAJAR EL INTRUSISMO EN LA MEDICINA ESTÉTICA

Partidos políticos, con el apoyo de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) logran la aprobación en el congreso de la PNL conocida como “Ley Sara” cuyo objetivo es promover las acciones necesarias para garantizar la seguridad del paciente en el terreno de la cirugía plástica, asegurando que todas las actividades sanitarias sean realizadas por profesionales médicos.

Con esta ley llega la esperada modificación del Real Decreto 1277/2003, que regula las bases generales sobre autorización de centros, servicios y establecimientos sanitarios, acabando así con el vacío legal existente hasta la fecha para las clínicas privadas de estética. De este modo, se controlará de forma efectiva la actividad de estos centros, garantizando la calidad de las intervenciones y dando respuesta a las familias y al sector que reclaman fijar criterios comunes sobre el control y el cumplimiento de la normativa.

Se establece, por tanto, la obligatoriedad de poseer el título de médico especialista para el ejercicio profesional de todas las especialidades médicas y el desempeño de las funciones propias de cada una de ellas, a fin de prevenir negligencias y de proteger la profesionalización del sector médico.

 

LÍDERES EN CIRUGÍA PLÁSTICA ESTÉTICA

España es líder en el sector de la Cirugía Estética. La Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética (ISAPS) ha publicado los siguientes datos: en el año 2019 se realizaron 381.364 intervenciones con cirugía y 159.429 sin cirugía; y en estos dos últimos años, tras la pandemia mundial y a pesar de la crisis económica, la demanda ha aumentado en más de un 10%.

En este contexto, la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética indica que ocho de cada diez procedimientos estéticos no son practicados por los profesionales adecuados.

El desafortunado caso de la murciana, Sara Sánchez Gómez, que falleció a causa de las negligencias sufridas en una lipoescultura realizada por un médico sin la titulación de especialista en cirugía plástica, puso nuevamente de relieve la absoluta necesidad de establecer unas restricciones que tanto profesionales médicos como pacientes veníamos años denunciando y que, finalmente, se han visto reflejadas en la reciente normativa.