Actualidad

EL WELL-AGING O EL ARTE DE ENVEJECER

El well-aging abre una nueva realidad sobre cómo cuidar la piel del rostro, a cualquier edad y apostando por una belleza natural.

¿La clave? Buscar aliados que mimen el rostro, además de tomar conciencia de nuestra piel y sus necesidades. Por tanto, los tratamientos de medicina estética ya no buscan tanto corregir como mantener una imagen armoniosa y llena de vitalidad, pero totalmente acorde con la edad.

Esta es precisamente la filosofía del well-aging, una tendencia que defiende verse bien para sentirse mejor, siempre desde la naturalidad.

Pero eso no significa renunciar a los cuidados, al contrario, implica plantearlos desde ópticas distintas y buscar nuevos ángulos para entender el funcionamiento de la piel.  Por este motivo, hoy en día, se ha antepuesto el término well-aging ante el término anti-aging, es decir, se prefiere el cuidado diario, la naturalidad y la prevención de evolucionar negativamente ante los cambios radicales y poco reales.

En estos últimos años, ha incrementado notablemente la demanda y participación de los españoles en tratamientos estéticos para el cuidado de su belleza y aspecto físico.

Biológicamente, las células humanas comienzan a envejecer hacia los 25 años, por ello, a esta edad es recomendado comenzar con los cuidados cosméticos de limpieza, tonificación, protección e hidratación con una constancia diaria.

Además de ello, en cuanto a medicina estética, los tratamientos más demandados son aquellos de rejuvenecimiento no invasivos, tales como la mejora de aspecto sin alterar las facciones (arrugas, flacidez, manchas o rostro cansado).

Uno de los mejores exponentes en este sentido es el ácido hialurónico, que mejora la elasticidad de la piel y disminuye su rugosidad haciendo que la piel presente un aspecto joven y terso.

Además de la aplicación de estos cuidados diarios, se aconseja realizar un estudio según vayan apareciendo los signos, para saber cuál es el tratamiento estético más adecuado para cada persona según su piel.

¿Te unes al well-aging?