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LIPOSUCCIÓN VS. ABDOMINOPLASTIA: ¿QUÉ ME CONVIENE MÁS?

La apariencia de nuestro abdomen juega un papel crucial en cómo nos sentimos con nuestro cuerpo. Es por eso, que, aunque es fundamental tener un estilo de vida saludable, a veces queremos hacer mejoras en la zona, ya sea porque hay grasa resistente a todo tipo de dietas y ejercicio o porque la piel ha perdido elasticidad a causa, por ejemplo, de un embarazo.

Sea cual sea el motivo, existen diferentes tratamientos que pueden ayudar a mejorar el aspecto de nuestro abdomen y ayudar a vernos y sentirnos mejor. Dos de los más conocidos, por sus buenos resultados, son la liposucción y la abdominoplastia.

 

LA LIPOSUCCIÓN

La liposucción es la técnica que consiste en la extracción de parte de la grasa localizada en determinadas partes del cuerpo. Es una técnica que permite remodelar la figura de una persona de acuerdo a sus necesidades. Para eliminar esa grasa se utiliza una cánula, la cual se conecta a una máquina extractora que succiona el tejido adiposo. En nuestro caso, disponemos de un vibroliposuctor que permite realizar el procedimiento de forma más efectiva y regular y con mejores resultados.

El procedimiento tiene una duración aproximada de entre 1 y 3 horas dependiendo de las zonas que se vayan a tratar y de la cantidad de grasa existente en el paciente. La enorme ventaja es la rápida recuperación, no precisa ingreso hospitalario y puede incorporarse rápidamente a la vida normal. La cicatriz es mínima, de un par de milímetros en las zonas en las que se vaya a aspirar.  tiene una enorme ventaja: no deja cicatriz alguna.

 

LA ABDOMINOPLASTIA 

La abdominoplastia es una cirugía más compleja que requiere de avanzada tecnología médica, y, su objetivo principal es fortalecer y devolver la firmeza perdida en la zona con el paso del tiempo.

Es perfecta para personas que ya sea por un aumento y reducción de peso (un embarazo, por ejemplo), han perdido la elasticidad de la piel y esta ha quedado “descolgada” de la pared abdominal.

La meta es reforzar los componentes del abdomen, eliminando el exceso de piel y tensando los músculos. El procedimiento tiene una duración aproximada de entre 2 y 4 horas y se lleva a cabo a través de una incisión en la zona superior del pubis, muy parecido a la cicatriz de una cesárea, y se prolonga por los lados según se necesite. Al estar localizada en la parte más baja del abdomen, la cicatriz apenas es visible cuando ha finalizado el tiempo de cicatrización.

Cabe destacar que es posible combinar ambas técnicas si fuera necesario para un resultado óptimo y duradero. En cualquier caso, siempre es conveniente que pida consulta para que la doctora pueda evaluar su situación y recomendarle el tratamiento que mejor se ajuste a sus necesidades y objetivos.