Lobuloplastia, una de las técnicas quirúrgicas más demandadas
La lobuloplastia es una técnica quirúrgica que se utiliza para reparar y mejorar la apariencia del lóbulo de la oreja. Este procedimiento se ha vuelto muy popular en los últimos años, ya que es una forma efectiva de tratar los lóbulos que han sido dañados por el uso de pendientes pesados, dilataciones o simplemente por cuestión estética.
La cirugía de lóbulo rasgado o lobuloplastia es una solución rápida que se puede llevar a cabo mediante un proceso de cirugía sencillo. La intervención repara y mejora el aspecto de los lóbulos de la oreja. Su objetivo, corregir la forma parcial o total los lóbulos demasiado grandes, rasgados o dilatados
Someterse a este procedimiento es rápido y sencillo. Se puede llevar a cabo con anestesia local, ya que se realiza de forma ambulatoria. Tras una evaluación de la zona para determinar el grado y naturaleza de la lesión, se limitan los objetivos que se pretenden conseguir con la cirugía.
En función del caso, se utilizan diversos tipos de técnica que permiten unos resultados espectaculares perceptibles casi al momento.
¿Cómo se realiza la lobuloplastia?
Como ya hemos mencionado antes, la operación del lóbulo de la oreja comprende diversas técnicas en función a la naturaleza de la lesión. Entre ellas encontramos:
- Operación de lóbulos rasgados: Requiere una incisión vertical con el fin de retirar la piel inferior y así poder unir la zona.
- Operación de piercing y dilatadores: Reduce de forma total o parcial la dilatación. La lobuloplastia, es capaz de corregir lóbulos absolutamente dañados para reconstruirlos a su origen natural dejando una cicatriz tan pequeña, que es casi imperceptible.
- Operación para reducir el lóbulo: Es ideal para las personas que tienen un tamaño de lóbulo no deseado. En estos casos, la incisión se realiza en la parte posterior de la zona.
¿En qué consiste el post-operatorio de la cirugía de lobuloplastia?
La mayoría de los pacientes pueden volver a hacer su vida normal casi al momento. Durante los primeros días, es ideal dormir por el lado contrario a la oreja intervenida, o boca arriba si la operación se ha hecho en las dos orejas.
La retirada de los puntos suele realizarse a los 10 días y las cicatrices, tras la completa recuperación, pueden ser imperceptibles a simple vista.
Un mes después de la operación, el paciente puede realizar una incisión del agujero de la oreja si así lo desea. Eso sí, no se recomienda hacer el agujero en la misma zona donde se hizo el desgarro previamente, ya que podría facilitar que el accidente vuelva a ocurrir.
Es recomendable utilizar protección solar sobre la zona hasta que la cicatriz se haya sanado por completo. Y además, es importante tener en cuenta que tras el primer mes de la intervención se recomienda que el paciente no utilice pendientes.
Ventajas de la lobuloplastia
La lobuloplastia permite mejorar la estética completa de tus orejas. Y si tras la intervención, tu objetivo es volver a utilizar pendientes, puedes conseguirlo sin duda.
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